La piel se divide en tres capas: epidermis, dermis e hipodermis. Pero en esta oportunidad vamos a hablar de la primera.
La EPIDERMIS es la capa más externa de la piel, el único tejido en contacto con el medio ambiente. Lo que lo convierte en una BARRERA DE PROTECCIÓN PRIMARIA.
A ésta capa la recubre un film hidrolipídico, que se compone de una mezcla de sudor (fase acuosa), sebo (fase grasa) y algunas células.
El FILM de la piel posee un pH ácido y contiene a la flora normal de la piel (bacterias que viven en el organismo de forma natural, impidiendo que otras causen daño porque compiten por los nutrientes).
Este FILM hidrata y, a la vez, evita la pérdida de agua por evaporación, es bacteriostático y antifúngico por su pH y cumple su función de barrera a los rayos UV.
Por debajo de este film, se encuentra la primera capa de células llenas de queratina (que es una proteína). Éstas células, al cabo de 3 o 4 semanas, pierden su estructura vital y se escaman, generándose nuevas capas (renovación celular natural).
Ahora bien. Los productos que elijamos para limpiar y exfoliar la superficie de la piel, van a alterar este film hidrolípidico y éstas capas de células. PARA QUE ESTE MANTENIMIENTO SEA ÓPTIMO, hay que elegir con cuidado la calidad y la frecuencia del tratamiento.
Nuestro objetivo es MANTENER SIEMPRE EL CARÁCTER DE BARRERA que tiene la piel sana.
Cualquier alteración o desequilibrio que tenga este film, se verá alterada la función de barrera, pudiéndose producir la entrada de alergenos, bacterias, hongos, productos irritantes, etc.
Qué puede provocar esa alteración:
Factores físicos:
- el frío disminuye la secreción sebácea
- los lugares calefaccionados provocan la pérdida de agua
Factores químicos:
- jabones que barren la capa grasa
- exfoliación excesiva que engrosa la piel
Entonces hay que tener especial cuidado para limpiar la piel. En la sección de limpieza podrás encontrar los productos, su contenido y, en base a eso, cómo elegir el adecuado para tu tipo de piel.