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La limpieza es parte del cuidado de la piel. Y es un paso crucial para el tratamiento que luego reciba. Por qué? Porque limita la permeabilidad de la piel. Si hay células muertas, grasitud, polución, sudor, los activos que tienen las cremas no penetran a través de la piel o lo hacen en muy baja proporción.
En el post anterior vimos la importancia de la función de barrera que tiene la piel. Y como la limpieza es crucial para su mantenimiento, hay que saber elegir el producto para no alterar esta función.
Los productos de limpieza son muy variados pero veremos una clasificación fácil para adaptarla a nuestro tipo de piel según su fórmula. Cabe destacar que algunas marcas adaptan una misma fórmula a distintos tipos de piel. Por ej. una leche de limpieza se utiliza para una piel seca y, el gel, para una piel grasa. Sin embargo, hay leches para pieles grasas.
Por lo tanto, esta clasificación te va a ayudar a orientarte. Luego, si vos querés ver alguna marca en especial, consultame, porque deberemos detenernos en su propia clasificación.
Vamos a comenzar por describir en esta ocasión los productos que apuntan a la limpieza y acondicionamiento de la piel, para recibir luego el tratamiento diario.
FACIAL
Paso 1: Como vimos en la clasificación inicial, hice una rápida diferencia del producto según el tipo de piel. A continuación te explico los detalles.
Gel
Esta fórmula es acuosa, libre de aceites, aplicable con la mano por fricción. Por ello se aconseja en pieles grasas. Muchas veces tienen Ácido Salicílico que se mezcla con la grasa de la piel y se estanca en el poro, provocando su exfoliación interior y de la superficie de la dermis.
Leche
Esta fórmula es una emulsión fluida, aplicable con un algodón. Sigue siendo la aconsejable para pieles secas por su base hidratante, antes que una solución micelar que tan de moda se pusieron.
Solución micelar
Esta fórmula es bifásica, de agitación antes de uso y aplicación con algodón. Depende de los activos que pueden disolverse en cada una de las fases, se le atribuyen ciertas propiedades extras.
Paso 2: Es un paso importante que no siempre se tiene en cuenta. Pone la piel a punto para recibir el tratamiento o cuidado diario.
Loción
Restablece el manto lipídico y el pH. No es un producto de limpieza en sí mismo, pero puede arrastrar los restos del producto anteriormente utilizado e impurezas (ya que algunos tienen surfactantes suaves).
Tónico
Por definición, a éste producto se le da la propiedad de astringente, para tonificar y revitalizar la piel, estimulando la circulación sanguínea. Entonces sería una loción que contiene un activo astringente (actualmente ya no se usa alcohol, sino ácidos como el láctico o el salicílico). El objetivo es que tras la limpieza, esos poros se cierren para que no vuelva a formarse un grano (comedón o punto negro). Sin embargo, ese exceso de grasa no sólo se debe retirar sino también tratar (disminuir la estimulación de esas glándulas sebáceas).
Se contraindica utilizarlo por mucho tiempo, porque se puede ver alterado el manto lipídico.
No apto para pieles sensibles e irritables.
CORPORAL
Syndet
Es una barra limpiadora, que simula ser un jabón pero técnicamente no lo es. Es un detergente sólido suave, emoliente y humectante. Con un pH ácido, como el de la piel (los jabones que comúnmente usamos son todo lo contrario, alcalinos). Ideal para pieles sensibles, y se puede utilizar hasta en la cara. Restablece la constitución del film hidrolipídico que hablamos en el post anterior.
Aceite de ducha
Es como el anterior pero en estado líquido, para aquellos que gusten del uso de esponjas o manoplas para el baño. Dejan la piel extremadamente suave. Ideales para pieles que se descaman.