Blog

Alcohol y medicamentos

Medicamentos 21 de julio, 2019

La combinación de la toma de alcohol y medicamentos puede ser peligrosa.

Por eso es necesario entender que les pasa a ambos al ingresar al cuerpo, para saber como pueden interaccionar y, así, evitar complicaciones.

 

Complicación Hepática

Alcohol y medicamentos. En primer lugar quien ocupa un papel fundamental en este proceso es el hígado. Este órgano vital es el sitio principal donde se metabolizan los medicamentos. El metabolismo es el conjunto de reacciones químicas que le ocurren a una droga con el efecto de facilitar su eliminación del cuerpo. (Mecanismos de eliminación*). Y estas reacciones químicas son facilitadas por catalizadores biológicos llamados enzimas.

Las enzimas hepáticas son varias, y dependiendo donde se metabolicen las sustancias es que pueden interaccionar aumentando sus efectos o disminuyéndolos.

 

Veamos el siguiente planteo:

El alcohol es una droga como cualquier otra, que ingresa al tubo digestivo, pasa a la sangre y luego se traslada a los diversos sitios en donde genera sus efectos, principalmente al cerebro. Al cabo de un tiempo se metaboliza en el hígado para después perder su efecto.

Los medicamentos vía oral pasan por el mismo proceso. Al ingerirlos, pasan del tubo digestivo a la sangre y de allí a los sitios en donde tienen su efecto.

Cuando se encuentran en sangre e ingresan al hígado, pueden surgir reacciones químicas, es decir, se metabolizan.

El problema puede presentarse cuando se ingieren en simultáneo y son metabolizados por las mismas enzimas, porque que van a competir. Entonces un producto se va a metabolizar más y otro va a aumentar su concentración en sangre, provocando que éste último tenga un mayor efecto.

 

Complicación estomacal

Pero el alcohol no solo complica al hígado. Sobre el estómago, el alcohol consume la capa de mucosa que segrega bicarbonato (que mantiene un pH estable) y deja expuesto el tejido a la acidez estomacal propia, pudiéndose provocar gastritis, úlceras o hemorragias. Si la persona se encuentra bajo tratamiento antiinflamatorio, estos riesgos aumentan.

 

Toma de alcohol de forma aguda

Estos efectos, tanto hepáticos como estomacales, ocurren cuando la toma de alcohol es de forma aguda, ya que produce la inhibición de las enzimas hepáticas provocando un aumento de las concentraciones de algunos fármacos.

  • Benzodiacepinas (Alprazolam, Clonazepam, Diazepam): Se potencia su efecto depresor del sistema nervioso.
  • Antiinflamatorios AINES (Aspirina, Ibuprofeno): Riesgo de úlceras
  • Paracetamol: Riesgo de hepatotoxicidad.
  • Hipoglucemiantes (Metformina): Riesgo de hipoglucemia.

 

Toma de alcohol de forma crónica

Si la toma de alcohol ocurre de forma crónica, a lo largo del tiempo los problemas de agravan:

Los vasos sanguíneos se dilatan por lo que se pierde calor. Además el efecto sedante sobre el sistema nervioso también provoca que no sintamos frío.

También puede desencadenarse hipertensión y arritmias que llevarán a una insuficiencia cardíaca o complicarán a quienes ya tienen una patología coronaria de base.

En este caso hay una inducción de las enzimas hepáticas que da lugar a un aumento del metabolismo y una disminución de la actividad de algunos fármacos como, warfarina, paracetamol, antidiabéticos orales y rifampicina. Por este motivo, los alcohólicos presentan tolerancia a estos medicamentos y necesitan dosis más altas de estos fármacos para conseguir el efecto terapéutico deseado, excepto si llegan a una situación de cirrosis hepática en la que está disminuida la función hepática y por lo tanto la biotransformación.

El consumo de alcohol también se asocia a reacciones de hipersensibilidad como la exacerbación del asma y rinitis alérgica, por el efecto liberador de histamina que produce el acetaldehído (producto de metabolización del alcohol).

 

 

Por lo tanto, es recomendable no ingerir cantidades excesivas de alcohol cuando se tomen medicamentos, especialmente los nombrados anteriormente.

Si tenés alguna duda como puede interaccionar el medicamento que tomás con el alcohol, consultame. Estoy para ayudarte!

Fuente:

Elsevier

González-Quintela A, Vidal C, Gude F. Alcohol, IgE and allergy. Addict Biol, 9 (2004), pp. 195-204


    ¿Te interesa recibir novedades por mail? Suscribite ahora.